Seguro te ha pasado: Empieza a llover y, de repente, se va la luz. Pero, ¿por qué ocurre esto? Aquí te lo explicamos de forma sencilla.
Aunque las causas pueden ser de muy diversa índole, podemos hacer balance de las que serían las principales «culpables»:
– Corto circuito por agua: La lluvia y la humedad pueden filtrarse en instalaciones eléctricas dañadas, provocando cortocircuitos. El agua puede estancarse e inundar o cubrir zonas críticas como subestaciones o cableados subterráneos, provocando fallos por sobrecarga o cortocircuito.
– Rayos y tormentas eléctricas: Los rayos pueden impactar directamente en líneas eléctricas o estaciones transformadoras, generando apagones.
– Caída de árboles y ramas: El viento y la lluvia pueden hacer que árboles o ramas golpeen los cables, rompiéndolos o causando fallos en la red. Es habitual al comienzo de la primavera, pues muchas aves rehacen sus nidos y es frecuente la caída de ramas sobre terminales, que hacen de cortocircuito, pudiendo estropear la instalación.
– Sistemas de protección activados: Para evitar daños mayores, los sistemas de seguridad pueden desconectar temporalmente el suministro cuando detectan problemas como los descritos.
Un dato curioso: Según estudios, el 70 % de los apagones en temporada de lluvias están relacionados con caídas de árboles y fallos en el aislamiento de equipos eléctricos.
Si la luz se va con frecuencia cuando llueve, repórtalo a tu compañía eléctrica para que revisen el estado de la red. Normalmente asignan un número de incidencias, que es además importante conocer de cara a denuncias al seguro si hemos sufrido daños o pérdidas materiales importantes.
Comentarios recientes