¿Alguna vez te preguntaste porqué tus altavoces emitían una “señal” justo antes de que sonara tu teléfono móvil? ¡Era como si pudiesen detectarlos!
Se trata de un fenómeno conocido como Compatibilidad Electromagnética (CEM), que es la disciplina que garantiza que los sistemas eléctricos convivan sin interferirse.
Un ejemplo sencillo y memorable es aquel zumbido que emitían los altavoces cuando un teléfono móvil, todavía en redes GSM, estaba a punto de recibir una llamada. Los pulsos de alta potencia se acoplaban a cables y amplificadores poco apantallados, generando ese patrón sonoro tan característico.
En el entorno industrial ocurre lo mismo, pero con consecuencias mayores. Variadores, inversores fotovoltaicos, motores, PLC, sensores y sistemas de control pueden verse afectados por perturbaciones electromagnéticas si no se cuidan blindajes, filtrados y puestas a tierra. Con la creciente presencia de movilidad eléctrica, almacenamiento energético e inteligencia artificial, la CEM se convierte en una pieza esencial para la fiabilidad operativa.
La realidad es clara: si un móvil podía alterar unos altavoces domésticos, una instalación mal diseñada puede comprometer toda una planta.
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